jueves, 3 de junio de 2021

p53, el guardián del genoma

 


p53 es un gen que pertenece al grupo de genes supresores de tumores, ya que su principal función es detener el ciclo celular cuando detecta daño en el ADN permitiendo a la célula repararlo, y si esta no es capaz de repararlo activa la vía de apoptosis celular (muerte celular) impidiendo así que células dañadas o alteradas se multipliquen y den lugar a un cáncer.

Este gen aparece mutado en más del 50% de los tumores conocidos, lo que indica su gran importancia. Recibe el nombre de “guardián del genoma”.

 

Se encuentra en el brazo corto del cromosoma 17, y produce una proteína que recibe el mismo nombre: p53.

Esta proteína p53 actúa como factor de transcripción, es decir, activa la expresión de otros genes, y por tanto activa la producción de otras proteínas. Una de estas proteínas es p21, una inhibidora de las CDK (quinasas dependientes de ciclina, enzimas que regulan el ciclo celular) que es la responsable de detener el ciclo celular en la fase G1 (antes de que la célula duplique su ADN en la fase S) cuando p53 se activa por daño en el ADN, y también regula el paso de la fase G2 a la fase M (mitosis, o división celular propiamente dicha).

  
 


 
 Si la célula no es capaz de reparar el daño en el ADN p53 activa la vía de apoptosis (muerte celular programa, proceso mediante el cual una célula muere de forma controlada sin causar daño a las células que la rodean ni inflamación). La proteína p53 en este caso activa al gen que produce la proteína Bax (que pertenece a la familia de Bcl-2, importantes también en algunos tipos de cáncer), la cual desencadena la apoptosis. Bax se sitúa en la membrana de las mitocondrias, provocando que el citocromo c salga de la mitocondria. Este citocromo c en el citoplasma de la célula provoca que se forme un complejo denominado apoptosoma. Se activa la caspasa 9 (y a su vez otras caspasas), que degrada las proteínas y el ADN de la célula.

 

Cuando p53 muta pierde su actividad normal, y las células con daño en el ADN son capaces de multiplicarse.

Se conoce que el humo del tabaco, carcinógenos ambientales y la radiación ultravioleta son capaces de provocar mutaciones en regiones conocidas del gen p53. Además el virus del papiloma humano (que puede causar cáncer de cuello de útero) actúa también a nivel del gen p53 ya que lo inactiva mediante la unión de la proteína E6 del virus a p53.

Las mutaciones en p53 pueden ser adquiridas o heredadas.

Cuando la mutación es hereditaria se conoce con el nombre de Síndrome de Li-Fraumeni. Este síndrome se caracteriza por la aparición temprana (o una mayor probabilidad de sufrirlos) de cánceres como el cáncer de mama, sarcomas de tejidos blandos y huesos, tumores cerebrales ,…

En casos confirmados del síndrome en la familia se realiza una prueba prenatal. Además los pacientes diagnosticados con el síndrome deberán seguir un especial control para intentar detectar la aparición de un tumor en la fase más inicial posible debido a la alta probabilidad que tienen de tenerlo.

La presencia de una mutación en este gen también se utiliza como marcador de la posible evolución del tumor y para elegir el posible tratamiento.

Puede ser utilizado como tratamiento mediante terapia génica, introduciendo un gen p53 con actividad normal, de forma exógena, para que destruya a las células tumorales.

Otra aplicación encontrada recientemente es la cuantificación de anticuerpos anti p53 como diagnóstico. La proteina p53 normal tiene una vida media muy corta, de unos minutos, pero una p53 mutada dura más tiempo acumulándose y propiciando la producción de anticuerpos frente a esta p53 mutada. Roche ha lanzado un inmunoensayo (una prueba diagnóstica) este año para detectar cáncer de garganta, intestino y mama buscando estos anticuerpos.

 

 

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