Nietzsche dijo: “la vida sin música sería un error”.
En estudios recientes ya se había observado la capacidad de la música de generar placer, aunque la música no cumple ninguna función evolutiva (al menos en un principio, aunque si que tiene una importancia vital en la sociabilización, y podía ser casi tan antigua como el homo sapiens, ya que se han encontrado flautas de hueso en yacimientos muy antiguos).
Un grupo de investigación de Montreal Neurological Institute, de la Universidad McGill (Canadá) han puesto de manifiesto como el cerebro procesa de una forma similar escuchar música y otras recompensas como la comida o el sexo actuando a través de lo que se conoce como el sistema de recompensa.
Publicaron su estudio en la revista https://www.jneurosci.org/ (The journal Neuroscience) el 29 de marzo de 2021.
Enlace del artículo: https://www.jneurosci.org/content/early/2021/03/19/JNEUROSCI.0727-20.2020
Observaron como el núcleo accumbens participaba en este proceso.
El núcleo accumbens se encuentra en el cuerpo estriado del encéfalo, y forma parte de los ganglios basales. Interviene en el placer, tanto en la risa como en el sistema de recompensas. Además también interviene en el miedo, la agresividad y el efecto placebo.
Presenta una gran cantidad de receptores para dopamina (en la corteza) y para GABA (en el núcleo). La dopamina y el GABA son dos neurotransmisores (sustancias que se encargan de transmitir la información de una neurona a otra). El GABA tiene una función inhibidora, mientras que la dopamina interviene en los procesos de placer, satisfacción personal, motivación...
Tiene conexiones con el sistema límbico, hipocampo y la corteza motora.
Una de sus principales funciones es transmitir la información sobre la motivación de la persona y convertirla en una acción motora que le permita llegar a su objetivo.
Su inhibición en ensayos permitió conocer también su importancia en la generación de placer, ya que aunque no se elimina por completo el placer si se observa una gran disminución cuando se inhibe este núcleo. También aquí se genera memoria de ciertas conductas destinadas a la obtención de placer.
Además en esta región es donde actúan las drogas generando un aumento de de dopamina.
Un exceso de actividad puede provocar agresividad debido a los altos niveles de dopamina, ya que induce la búsqueda de placer sin tener en cuenta las consecuencias. Se ha observado también este efecto en personas con psicopatías (trastorno mental que provoca alteraciones del carácter o de la conducta social).
En este estudio realizaron pruebas de imagen a un grupo de personas (resonancias magnéticas) mientras escuchaban música, estimulando o inhibiendo el sistema de recompensa, observando como aumentaba o disminuía el placer que obtenían.
Fuentes:
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